jueves, 5 de febrero de 2009

Viviendo con los ...


Una de las principales estrategias que pueden seguir todos aquellos que aspiren a perpetuarse indefinidamente en una situación de privilegio o de poder es intentar acallar las voces de todos sus adversarios, ya sean actuales o potenciales. Otra estrategia, distinta, sí, pero que tiende a perseguir el mismo fin, consiste en evitar a toda costa y a como de lugar el rechazo abrumador, la confrontación amarga y las críticas incisivas, ya sean fundadas o infundadas, por parte de todos aquellos que no comparten el mismo modo de percibir el mundo. Y, como suelen decir que la verdad a veces duele, es mejor prevenir que lamentar y vivir con los oídos tapados intentando hacer caso omiso de la realidad, siempre mutable. La iglesia católica ha mantenido desde hace mucho (algunos dirían que desde siempre), esas actitudes poco democráticas; por ello, no me ha sorprendido que hayan deshabilitado la inserción de comentarios y ratings a los videos que suben al canal youtube del Vaticano. ¿Cuál es el temor, me pregunto?


Por cierto, hemos optado por un modo de vida democrático, lo que implica que tenemos el deber de escuchar a nuestros rivales (en el terreno ideológico), y de someter a discusión las propuestas que pretenden ser válidas para los demás. Desgraciadamente, la iglesia católica no podrá cumplir con esas obligaciones deliberativas y estará condenada al fracaso en tanto siga defendiendo dogmáticamente ciertas proposiciones: como el rechazo al matrimonio homosexual, al aborto o a la eutanasia.


La pintura es de Paul Gauguin y se titula Eve. Don't Listen to the Liar.

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