lunes, 30 de marzo de 2009

Falsas analogías.



El lince está protegido, dice el mensaje. -¿Y yo? Se pregunta el bebé de más de 3 meses para teminar exigiendo entre signos de admiración que protejamos su vida.

La Conferencia Episcopal española ha lanzado una campaña dirigida a promover la “vida” y a rechazar el aborto voluntario. No es la primera vez que una campaña "provida" hace uso de imágenes o fotografías de bebés para rechazar el aborto. Pero, lo que llama la atención en este caso no es la imágen en sí, sino la comparación con el lince como especie protegida y el argumento de fondo que se intenta transmitir. Ese argumento, me parece, puede reconstruirse del siguiente modo:

“Los linces están en peligro de extinción y merecen protección. Si permitimos el aborto entonces la vida de los bebés y de la humanidad estará igualmente en riesgo. La vida humana es más valiosa que la de los linces. La vida de los linces está protegida por las leyes; por tanto, si protegemos a los linces con mayor razón debemos proteger la vida de los bebes”.


El error de este argumento radica en una falsa analogía: un bebé de más de 3 meses no es un embrión humano y el aborto no es infanticidio.

Un par de artículos relacionados con el tema: aquí y aquí