martes, 27 de enero de 2009

No olvidar que la iglesia...


Un interesante libro que discute la relación entre ciencia y religión y, en particular, el modo como la religión ha hecho de las suyas entorpeciendo el camino de la ciencia, es el de B. Russell titulado Religión y ciencia, publicado desde hace algunos años por FCE. En este pequeño libro (175pp.) que lleva ya 14 reimpresiones (no confundir con reediciones), Russell nos muestra, entre otras cosas, las mil y una formas como esa santísima iglesia (ya saben cual), se encargó de declarar herejes a muchos hombres ilustres. De acuerdo con la reseña del libro publicada en la web del FCE, Russell "expone los principales conflictos en que, a través de la historia, se han visto envueltas la ciencia y la religión. Fruto de esas luchas ha sido la separación de los campos y hoy en no pocos espíritus religiosos se infiltra la idea de considerar a una y otra como dos maneras diferentes de comprender los problemas fundamentales del hombre".

Lo que mi memoria me permite recordar de ese libro es una cuestión fundamental que siempre hay que tener presente cuando discutimos estos temas: que toda religión se compone de un credo, una iglesia y un código moral. Parece obvio, pero llamo la atención sobre la distinción porque, generalmente, no solemos tener en cuenta que los dardos que se dirigen contra la religión pueden referirse a uno de esos elementos y no a todos, esto es, que podemos estar criticando a la institución y no al código moral, al credo o viceversa.

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